Llum

Se podrían decir muchas cosas para explicar por qué el segundo disco de LLUM ha tardado siete años en llegar. Pero al final todo se resumen en que la música ha estado presente en otros proyectos y formas, y en que hay nuevo disco, y que Discos de Paseo vamos a ser los encargados de sacar a la luz estas increíbles canciones. Pero vayamos poco a poco, porque hay muchas novedades significativas que comentar acerca de “Los Años Líquidos”, un álbum que es un canto a la música y al tiempo.

Empecemos por lo más importante. Ocho nuevas composiciones que sorprenden e impactan. Porque ahora vemos la otra cara del filo. La propuesta musical sigue siendo eminentemente positiva y colorista, como ya mostraba “Limelight”, y que aquí confirman temas como “Las Noches” (THE SUPREMES meets Mayer Hawthorne) o “El Centro de Atención” (Jens Lekman se alía con Dent May para narrar una divertidísima y patética aventura nocturna). Pero aparecen canciones como “El Tiempo Se Nos Acabó” (el infinito via TINDERSTICKS), “A Veces Ciclón” (un pseudo-instrumental entre Edwyn Collins, Nick Cave y OS MUTANTES), y sobre todo la enorme “Extraordinaria” (una especie de cruce entre PORTISHEAD y Amy Winehouse), que ponen en evidencia los claroscuros, redondeando una propuesta mucho más compleja, y por ello, emocionante. “Perdedores” y su resignada e irónica visión de la vida a golpe de pop trotón con dejes entre BELLE & SEBASTIAN y Lou Reed. “Nada más”, un hit inapelable que nos evoca a Nick Lowe y Todd Rundgren, con un final imprevisible y absolutamente sorprendente. Esa extraña sinfonía entre el soul y el pop espacial que es “Peccata Minuta”, la historia de un adicto al dinero que busca nuevas fuentes de excitación en una vida agotada hasta el límite. Composiciones donde una vez más los estilos entran y salen con una naturalidad a veces inexplicable. Porque después de pasar por el soul, el rock, el folk, el funk, el noise, el trip-hop, la psicodelia… al final la única sensación que queda es haber escuchado un puñado magnífico de composiciones de espíritu pop, vocación clásica y sonido actual e imperecedero.

Otro de los aspectos que llaman la atención es la llegada definitiva del castellano como única lengua en uso, y que junto al sonido contundente de las nuevas canciones (algunas con decenas y decenas de pistas) saca más a la luz las aristas de un mensaje más esquivo de lo que puede parecer a primera vista, donde la ironía y el dulce cinismo se redondean con melodías rotundas e incontestables.

Y donde antes había un proyecto de un músico rodeado de grandes colaboradores, en “Los Años Líquidos” hay una banda sólida y bien engrasada. Aparte del propio Sáez (recordemos: POLAR, BELMONDE, THE STANDBY CONNECTION…) aparecen en los créditos Pau Aracil (LAS VÍCTIMAS CIVILES, ARTHUR CARAVAN), Pablo González (ARTHUR CARAVAN, el único que ya aparecía en el primer disco), Ernest Aparici (LAS VÍCTIMAS CIVILES, POLONIO, UKE, SR. CHINARRO) y Toni Blanes (NOMEMBERS, ALONDRA BENTLEY, RAMÍREZ, LAS VÍCTIMAS CIVILES, BATOI). Una formación de lujo que viste unas canciones de manera impecable, inspirada, elegante, emocionante. Y a esto hay que añadirle las colaboraciones: el trombón de Levi Corrales (POLONIO), los rugidos del saxo de Hugo Mas, la sierra de Marc Ribera (DOBLE PLETINA), el violín y los coros de Sandra Ferrer (POLONIO, SEMPERE). Y por supuesto, la labor en la producción, vital, de Xema Fuertes (JOSH ROUSE, MARTINA TOPLEY-BIRD, ALONDRA BENTLEY, CIUDADANO, MADERITA, REFREE) y Cayo Bellveser (LEE RANALDO, JOSH ROUSE, MADERITA, CIUDADANO, ALONDRA BENTLEY, REFREE) desde ese fuerte sonoro que es Río Bravo Estudios. Y todo esto masterizado por Matthew Barnhart (DESTROYER, SUPERCHUNK, THE NEW YEAR). Una nómina de vértigo para un proyecto tan modesto e independiente.

Y para la ocasión hemos aceptado el maravilloso reto que nos propuso la ilustradora Virginia Lorente, con una doble portada que requiere de unas gafas 3D anaglifo para poder descubrirlas. Y por ello este álbum sale en una limitadísima y cuidadísima edición de vinilo 12” gatefold desplegable, con las propias gafas. Un disco que sorprende en muchas direcciones. Una reivindicación de la fisicidad de la música, y del disco, el objeto, como algo necesario y altamente reivindicable.

Un disco que es un homenaje a la música en si mismo, y que está hecho por y para los melómanos que pueblan este mundo. Y con el que no podemos identificarnos más, porque Discos De Paseo somos un grupos de profundos amantes de la música que queríamos devolverle de alguna manera todo lo que ésta nos ha dado durante tantos años de disfrute. Esperamos que el gozo sea mutuo. Por muchos años líquidos más.



Discografía | Twitter | Facebook