The standby connection

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“Llega el invierno, lo combatiremos con el electricidad”, pensaron The Standby Connection al presentar el segundo volumen de la colección ‘Tocadiscos”’ de Discos de Paseo, allápor 2012. Dedicada a buscar entre los grupos incógnitos destellos de preciosidad y tras el asombroso y asombrante Primogénito López, , apareció este segundo volumen, también de firme personalidad y en este caso trabado por una pequeña historia. Ya antes de que los valencianos Polar acabasen con su periplo musical, The Standby Connection tenían un buen puñado de composiciones, y alguna maqueta publicada. Formados inicialmente por Paco Grande, Miguel Martínez Matallín y Jesús Sáez, éste último deja temporalmente la banda para dedicarse a su proyecto en solitario, Llum, pero ante la desaparición del grupo seminal vuelve a unirse a sus compañeros.

Para todos aquellos que vean aquí los restos de aquella banda que fue adalid patrio del slowcore, podemos decir que andan equivocados y no. Aciertan en que de nuevo tenemos ante nosotros aquella sobriedad rítmica, contundencia instrumental, guitarras inconfundibles, melodías inolvidables… Pero The Standby Connection son de algún modo lo que Polar nunca se atrevieron a ser: una banda fiera, rabiosa, descontrolada, desbordadamente eléctrica… Rock sucio y ruidoso, noise agresivo, como demuestra su primera referencia oficial (tras un par de maquetas): “Someday EP”.

El noise, recuperado veinte años después, nos transmitió los arcanos de su validez. Y por suerte es un proyecto que no se ha estancado, puesto que merecemos que un grupo capaz de hacer canciones tan emocionantes y precisas nos acompañe con ellas. En septiembre de 2017 publica “Ace Tone”, una colección de nueve canciones con el nexo común de estar masterizadas en Austin por Matthew Barnhart y de utilizar una caja de ritmos analógica de los años sesenta, que es la que da nombre al conjunto.

La energía de su presentación se convierte aquí en eterea fuerza, como en el single “With you” de teclados serpenteantes, en melancolía como en “Rain” o en euforia como en “It’s over”. La prueba está en que recuperan “Hiro”, de su ep, y sustituyen la contundencia anterior por dejes oníricos y elegantes. Cambios de sonido en que el grupo sigue sonando a Galaxie 500 o The Velvet Underground, pero añaden a su espectro a Grandaddy o Spacemen 3. Un cambio de sonido milagroso en el que el grupo se asienta con personalidad y sobre todo nos regala nueve de las canciones más preciosas de ese año.



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